No se puede decir que el Málaga no lo intentó. Lo hizo por la izquierda, por la derecha y por el centro. Con combinaciones en las cercanías del área. Y a balón parado, especialmente desde la esquina. 11 corners, ¡¡11!!, una paliza sin efecto.
Con Cristian o con Rahmani, más en corto o al segundo palo, las jugadas de estrategia desde el banderín no salieron. Todo lo contrario de un rival que tiró de eficacia incluso de falta. Una cercana y desde la banda, y un gol de cabeza de Vigaray.
También tuvo el Málaga oportunidad con golpes francos. Una perfecta para Rahmani que el francoargelino envió muy por encima del larguero. No hubo forma salvo cuando Luis Muñoz, desde la frontal, le pegó de manera espléndida para sorprender a Ratón.
Insuficiente, desde luego, para amenazar más a un rival que supo jugar esos últimos minutos. Si fueran por los corners, con esa paliza de 11-0…
