El Málaga, como todos los equipos vivos en la Copa del Rey, está teniendo por delante un mes de enero muy duro. Los blanquiazules tienen que unir a su complicado calendario a las bajas que lleva un mes sufriendo el equipo. La enfermería malaguista no se ha vaciado en ningún momento. Hace ya tiempo que Pellicer viene luchando contra los elementos para no caer en alineaciones indebidas. El técnico de Nules lleva ya varios partidos sin poder contar con todos sus jugadores y con algunos de ellos tocados sin poder jugar al 100%. El objetivo del Málaga es la recuperación.
Poder tener estabilidad en las alineaciones y convocatoria se ha convertido en el principal objetivo de Sergio Pellicer y su cuerpo técnico. Las lesiones han ido minando el camino de los boquerones en las últimas jornadas. Desde el último partido del año, el club de Martiricos ha tenido que lidiar con sanciones, lesiones, fichas filiales y por último hasta con el coronavirus y el caso de ‘cuarentena’ de Luis Muñoz. La buena dinámica del equipo se ha interrumpido y el Málaga solo ha conseguido sacar dos empates y no gana desde el pasado 1 de diciembre.
Es por eso que el objetivo del Málaga pasa por la recuperación en todos los sentidos. Recuperación de efectivos, recuperación de sensaciones, de solidez y de moral. El ímpetu del primer tercio de la competición ha dejado paso a una fase de dudas. Unas dudas que evidentemente vienen dadas por la falta de puntos y las lesiones. Por lo pronto, habrá bajas todavía en el encuentro de la tercera ronda de la Copa del Rey. Lombán, Cristo, Benkhemassa, Matos, Hicham y el propio Luis Muñoz son nombres que de momento están en la lista de ausencias para el duelo contra los nazaríes. Una misión dura por delante en la cuesta de enero.
