La temperatura siempre sube en un partido de fútbol, pero con Mehdi Nafti y Pablo Guede el alto voltaje en los banquillos está garantizado. Dos entrenadores intensos que llevan más de una polémica a sus espaldas a lo largo de sus trayectorias al frente de la pizarra. Sin ir más lejos, el míster del Leganés llegó al punto de retar a pegarse con José Ramón Sandoval el pasado lunes, tal y como confesó el madrileño en la sala de prensa de Butarque.
Por su parte, el nuevo entrenador del Málaga concluyó en febrero su aventura en el Necaxa mexicano, donde recibió una larga lista de fuertes acusaciones sobre su manera de trabajar. Desde «su trato déspota» a empleados del club hasta su «tráfico de influencias concentrando a su suegro y poniendo a su hijo a dirigir los entrenamientos». Y a pesar de su exitoso paso por el Colo-Colo con cuatro títulos, algún que otro capítulo oscuro dejó, como el encontronazo con el exárbitro Patricio Polic.
Ambos equipos necesitarán puntuar el sábado como agua de mayo y lo ideal sería hablar solo de fútbol, de la capacidad camaleónica que tendrá el Málaga con el argentino o de cómo el de Toulouse le ha dado la vuelta a la tortilla pepinera desde que llegó en la jornada 14 con un vestuario muy tocado y solo diez puntos en la mochila -dos victorias y cuatro empates-. Mehdi Nafti y Pablo Guede son sinónimos de alto voltaje en los banquillos y el Leganés-Málaga promete en todos los sentidos.
