Quien no arriesga no gana. Es lo que debió pensar Pablo Guede este fin de semana en el duelo que el equipo de Martiricos disputó contra el Tenerife en la isla. Luis Muñoz fue titular muchos meses después de romperse el ligamento cruzado de su rodilla izquierda a finales de septiembre. El jugador, como ya vino contento Radio MARCA Málaga, no las tenía todas consigo. Una pequeña prueba con el filial y el juvenil y cuatro semanas de entrenamiento era el bagaje del de Nueva Málaga de cara a su vuelta a los terrenos de juego. Finalmente, el técnico argentino apostó por él en la alineación y la situación no pudo salir mejor. Buen partido del mediocentro y tres puntos en la saca.
Eso sí, Luis Muñoz arriesgó su físico por el equipo. El canterano estaba en duda con algunos de los baremos de las pruebas que se realizó antes de volver a jugar. Más allá de lo mental, donde poco a poco se iba preparando para su regreso, el jugador no llegaba a alguno de los niveles adecuados para volver al césped. Los que le conocen bien le vieron algo nervioso en las horas previas al partido. Algo que es totalmente natural y lógico después de la lesión. Pero Luis Muñoz superó esas dudas y puso su físico por detrás de las necesidades del equipo en un gesto de verdadero capitán.
“Lo primero, quiero darle las gracias a mi familia, que es la que ha estado conmigo en todo momento desde que me lesioné; a mi mujer, que está siempre conmigo; a Toni Tapia que ha estado en la sombra desde el primer momento; los fisios; al cuerpo técnico; y a mis compañeros”, comentaba el jugador en la zona mixta del Heliodoro Rodríguez López. Ahora queda ver si con la permanencia casi finiquitada, el club dosifica al futbolista en estos dos últimos partidos que quedan de competición después de todo lo explicado anteriormente.
