Soy malaguista desde antes de nacer, pero esto no me impide en mis funciones profesionales llamar a las cosas por su nombre. No he sentido más vergüenza a lo largo de mi vida viendo un partido del Málaga que el disputado en Albacete. No me escudaré en la ley no escrita de la compensación arbitral con la injusta expulsión de Izan para justificar la derrota, porque a pesar de quedarse con uno menos, el Málaga tenía un jugador más sobre el verde porque el Alba estaba con nueve. Ni se notó y nunca tuvimos la sensación de ver que el equipo fuera a revertir la situación.
Todos los malaguistas éramos conscientes de la importancia de los puntos en juego en la lucha por la permanencia ante un rival directo, pero parece que los jugadores que saltaron al césped no lo eran. Pellicer tiene mucha culpa de lo sucedido, y más adelante me explicaré, pero los que salen al campo deben justificar su presencia en la formación y ni el ‘Santo’ Herrero estuvo acertado en esta ocasión. No se puede entender tanta indolencia desde que empezó el partido que se tradujo a los 20 minutos en el 2 – 0 en el marcador y todavía podía ser peor.
He dicho que Pellicer tuvo mucha culpa de lo sucedido y me explico. Cuando el ‘Alba’ sufrió las dos expulsiones ya ganaba por 2 a 0, y pensé que nuestro técnico respondería quitando un jugador de corte defensivo para meter un atacante más, y todavía puedo estar esperando. No fue así y tuvimos que aguardar al descanso para ver el intento de reacción con la entrada de tres jugadores. Ni por esas.
Otro día más, la alineación causó sorpresa, aunque, visto lo visto, da igual quien saltase al campo. Pellicer no encuentra el delantero que necesita porque no lo hay, ni el jugador que asista a los atacantes porque no lo hay; Rahmani entra el ‘once’ después de semanas de ostracismo y volvió a demostrar que ni está y ni se le espera; Cordero está desaparecido, en parte por su culpa y en parte por los que le han llevado al aburrimiento; y, lo peor, los que saltaron al campo como sustitutos, en especial Kevin y Baturina, no fueron capaces de mejorar el desastre.
El Málaga podría seguir todavía en el Belmonte mareando el balón, sin rivales enfrente, que es incapaz de marcar, aunque sea a puerta vacía. Considero que los principales responsables de lo que estamos viendo la tienen los componentes del triunvirato Loren Juarros, Kike Pérez y el administrador judicial autoerigido presidente absolutista, José María Muñoz. Durante el mercado de invierno todos sabíamos de la necesidad de reforzar el equipo menos ellos tres en un acto de irresponsabilidad, puesto que dejaron pasar la oportunidad de fichar. No valen excusas porque si no había dinero para incorporar jugadores, ¿cómo es que sí lo hay para incrementar el sueldo del administrador?
Aquí en este Con Rigor se ha dicho en innumerables ocasiones que el Málaga necesitaba refuerzos en varias posiciones, y dar salida a futbolistas que no cuentan para nada, pero no trajo a nadie pese a que se quedaron dos huecos en la plantilla. Desde las oficinas se pensó que el colchón de puntos en el mes de diciembre era suficiente para lograr la permanencia de forma holgada para cimentar la racanería, y no había necesidad de fichar. Ahora, cuando todavía faltan 11 jornadas para la conclusión de la temporada, los cimientos de La Rosaleda tiemblan y no es porque se hayan iniciado las catas del terreno para las obras de remodelación de cara al Mundial, sino por el miedo que se expande por el Templo. ¡Que cada palo aguante su vela señores Juarros y Pérez y, muy especialmente, el Sr. Muñoz!
PD Ojalá el sábado que viene en la finalísima contra el Racing de Ferrol, la afición apoye como siempre y vuelva a ser el jugador número 12 para la obtención de la ansiada victoria, pero pido que demuestren a los ‘okupas’ del palco presidencial que no pueden seguir así porque están empujando al equipo al precipicio de la 1ª Federación.
José Manuel Velasco
Redactor Onda Cero Málaga
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