El malaguismo volvió a dar otra lección de saber estar y entender lo que significaba el partido de este viernes. Los seguidores blanquiazules disfrutaron de un partido que puede resumirse como uno de los mejores derbis andaluces de los últimos años. La hermandad estuvo todo el rato presente entre los seguidores del Granada y los del Málaga y ni siquiera el final de infarto y polémica tumbó ese buen ambiente entre dos aficiones que saben de sobra lo que es sufrir con los suyos. La afición del Málaga estuvo a la altura del partido en Granada y fue ovacionada por Los Cármenes.
Lo primero fue la previa. Cordial como siempre. Solo había que darse una vuelta por los alrededores del estadio para comprobarlo. Terrazas repletas de gente donde el rojo, el azul y el blanco se mezclaban. Ni una polémica, ni una mala cara, mucha foto de unión y mucho cántico para uno y otro lado. En el estadio hubo más de lo mismo. La afición del Málaga se volcó con las críticas de los seguidores del cuadro nazarí. Unos desplazados malaguistas que pidieron también la dimisión de la directiva del Granada y que incluso reivindicaron el regreso a Los Cármenes de la Curva Sur, grada de animación del equipo local.
Tras el choque, se repitió todo lo de la previa. Un final agridulce para ambos bandos. El Málaga podía haber sentenciado en la primera mitad y el Granada lo tuvo en las botas de Weissman con ese penalti en el minuto 97 del partido. Pellicer volvió a agradecer a la afición del conjunto nazarí su comportamiento y a la del Málaga su aliento. “El año pasado lo pudimos comprobar aquí. Fue un acto de mucho respeto por el Granada y su afición. Nosotros estábamos en Primera RFEF y ellos en Primera División. El fútbol tiene memoria y esas cosas hay que decirlas. Como se escuchaba a los nuestros, eso es el alma de este club. Hacía muchos años que no existía esa comunión entre todos”. La afición del Málaga estuvo a la altura del partido en Granada y fue ovacionada por Los Cármenes.