El Málaga CF ya está plenamente mirando hacia el curso 2020-2021. Los blanquiazules tienen un verano ilusionante por delante en materia de confeccionar una plantilla que esta vez tendrá menos límites. El equipo de Martiricos ya diseña lo que serán los refuerzos del próximo curso. Una línea muy similar a la de la campaña pasada. Es decir, filiales, cedidos y jugadores que acaban contrato. El éxito de esta campaña, donde casi todos los fichajes han aportado su grano de arena ánima al club a pensar que el milagro 3.0 es posible.
Para ello, el Málaga verá que la soga de LaLiga aprieta con menos fuerza en su cuello. Las reuniones del club en Madrid con la patronal han venido siendo positivas. Manolo Gaspar ya se lo confirmó a Pellicer primero, y posteriormente a José Alberto López. El Málaga tendrá al menos 21 fichas profesionales y su límite salarial se elevará. La situación no es idílica, pero comparada con el curso pasado es mejor. Además, el año ha sido durísimo para los equipos españoles. La ausencia de público en los estadios, unido a la crisis por la pandemia que ha vivido y vive el país amenaza con llevarse por delante a otros clubes de Segunda.
Los de Martiricos ya tienen un máster en esto de salvar situaciones límite. La palabra ERE sobrevuela ahora la cabeza de otros muchos conjuntos de la categoría de plata, una situación que el Málaga quiere aprovechar para partir en ventaja. LaLiga aprieta pero no ahoga a los blanquiazules, no podrán decir lo mismo en otras ciudades. Todo mientras hoy acaba el plazo para que todas aquellas entidades que deseen prestar el montante de 8,6 millones de euros al club. Una historia que tiene mucho recorrido por delante ya que desde BlueBay están en disposición de reclamar este movimiento al administrador judicial.
