Sergio Pellicer ha mencionado en sala de prensa este mediodía esa unidad ‘B’ del Málaga, dándole una importancia a la par que los titulares. En definitiva, encontrar el éxito en la competitividad dentro de la plantilla y mantener a todos los miembros del equipo ‘enchufados’. La unidad ‘B’ es la clave del éxito.
Esto comentaba el míster: “Para mí, el éxito es aumentar el rendimiento individual. Eso nos hace mejor como equipo, pero la clave es los que no participan. Jozabed, Gallar, N’Diaye, Genaro… Están haciendo un trabajo que hace que me brillen los ojos. Hacen que nadie se relaje. Gallar y Alfred estarán disponibles y posiblemente alguno entre y sea ese momento mágico”.
Este discurso a favor de la unidad ‘B’ surge por el desgaste físico que genera esta competición, y más cuando estás en el descenso desde principio de temporada. Los partidos del Málaga CF, según el míster, se viven como si fueran dos cada uno. Es cierto que con la llegada de Pellicer al banquillo malaguista, el centro del campo es inamovible. El trivote Ramón, Febas y Villalba se ha convertido en la insignia del equipo y la sala de máquinas de un Málaga CF que empieza a carburar.
Genaro se vio seputado diversos errores calamitosos en partidos consecutivos y malas actuaciones en general. La roja en el 45′ ante el Racing y el regalo en Granada costaron seis puntos fundamentales. La Rosaleda no lo perdona y pita cada vez que el jugador ingresa al campo. Jozabed ganó minutos con Pepe Mel pero con Pellicer juega minutos sueltos. Otro caso es el de N’Diaye, que claramente está fuera de forma y sumado a los escándalos extradeportivos y lesiones, se va a ir con más pena que gloria de esta segunda etapa como blanquiazul. Finalmente está Gallar, del cuál Pellicer solo guarda buenas palabras por su trabajo, pero que no se ve reflejado en minutos en el verde. El catalán ha jugado 120 minutos en los 9 partidos que ha dirigido el de Nules.
