La tradición no se pierde. Un año más, las instalaciones del templo blanquiazul renuevan sus tapetes. Con un buen resultado este curso 21/22, el Málaga CF volverá a sustituir el césped de La Rosaleda, que muda su piel de cara a la temporada 22/23. Tras el encuentro de la Selección Española ante República Checa, el trabajo ya ha comenzado.
Arrancó el 13 de junio con esa sustitución del verde de cara al período estival. Este proceso comprende una transición desde la especie Lolium Perenne a Bermuda. Para ello, se realizan los siguientes pasos: eliminación del actual tapete; escarificado; aireado macizo; resiembra; aportación de enmiendas; y recebado con arena.
El tiempo estimado para que los terrenos de juego estén aptos para entrenar y jugar, tanto biomecánica como visualmente, es de alrededor de ocho semanas una vez completados los trabajos referidos con anterioridad.
La Rosaleda ‘muda su piel’ y, en palabras de Javier Pérez, responsable del Departamento de Infraestructuras y Mantenimiento del Málaga CF, «tiene como objetivo tener el césped en las mejores condiciones posibles cuando arranque la Liga».
