La Rosaleda y los próximos 180 minutos van a ser claves en la lucha por la permanencia del equipo de Sergio Pellicer. El entorno del Málaga y las cuentas de la permanencia hablan de 50 puntos como el límite para conseguir quedarse en la categoría de plata. Eso, con los 45 que ya tienen los malacitanos quiere decir que harían falta como poco cinco puntos más. Los dos próximos partidos en el templo, contra Albacete y Dépor, son claves. No solo porque sus encuentros tienen doble valor, si no que con esas dos victorias el Málaga se iría hasta los 51 puntos. La Rosaleda se prepara para ser el escenario de la permanencia.
El primero de los encuentros será contra el Albacete. Los manchegos llegan con una buena dinámica de cinco partidos sin conocer la derrota. Dos victorias y tres empates que han conseguido que los blanquillos lleguen con aire y fuera del descenso a la Costa del Sol. El partido además tiene algo de morbo. Lucas Alcaraz es el entrenador del Albacete y pudo serlo el año pasado del Málaga. Husillos lo eligió como técnico para intentar el regreso a Primera. Lucas no llegaría a ser presentado después de que Al-Thani rechazase su llegada. El asunto acabó costando dinero al Málaga que tuvo que pagar por haber roto el contrato. Como dato peligroso, el Albacete sería sexto si solo hubiese jugado de visitante.
El Dépor también está en buen momento. Los gallegos acumulan cinco partidos sin conocer la derrota, al igual que el rival blanquiazul de este domingo. Los deportivistas jugarán antes con el Huesca, por lo que la dinámica puede estar en peligro antes de la visita a Málaga. El morbo en ese encuentro lo pondrá el regreso de Hugo Vallejo a Málaga. El canterano ya sabe lo que es marcar con la camiseta del Dépor después de su huida en invierno. La Rosaleda será el escenario de la permanencia siempre que los malaguistas hagan sus deberes en estos próximos cinco días vitales.