Llega el momento de la temporada en el que estás más pendiente de la calculadora y hacer números que de lo que realmente pase sobre el verde. El Málaga se jugará media vida el sábado y hay una razón de más para vencer al Oviedo. El conjunto asturiano está sexto con 63 puntos, tres por encima de la Ponferradina y cinco respecto a Las Palmas. Ambos perseguidores cerrarán la campaña contra rivales directos de los blanquiazules –Sporting y Amorebieta, respectivamente-. En dicho supuesto, ambos irían con todo sin perder la fe en la promoción y los de Guede podrían verse beneficiados a la vez que culminan el curso en Lugo.
Motivos para alegrar a La Rosaleda casi medio año después
Esto es simplemente una hoja más en la planta de la esperanza. Realmente, hay una extensa lista de motivos por los que los boquerones deberán tener la presión de sumar de tres sí o sí. Dar un puñetazo sobre la mesa de la permanencia, regalar una alegría a la afición en casa -algo que no hacen desde el pasado 20 de noviembre- o demostrar el paso adelante que se ha visto con el míster pese a la ignorancia de Gran Canaria con una pizarra que fracasó desde el principio por mucho coqueteo de empatar que hubo al final.
Otro apartado en la intrahistoria es que a los carbayones no se les da demasiado bien el templo de Martiricos. Ya sufrieron la ira de Pablo Chavarría en el 118′ en la eliminatoria copera 20/21 y no han conquistado la Costa del Sol en sus últimas exploraciones. Sin embargo, es el equipo más en forma de la categoría con siete victorias en un periodo de tiempo desde el pasado 13 de marzo. Ganar para multiplicar las esperanzas de los contrincantes de los rivales directos malaguistas, esta es la razón de más para vencer al Oviedo y otra cuestión por la que no perder la fe en la permanencia.