La sustituciones de Fran Villalba y Alberto Escassi modificaron posteriormente la pizarra del Málaga y a la postre resultaron clave a la hora de afrontar una nueva segunda mitad ante el Leganés. Ambos, con tarjeta amarilla, se quedaron en el banquillo al término del primer tiempo. La psicosis de la roja y de perder un efectivo le llegó al Málaga. Por ende a Sergio Pellicer, que en las últimas jornadas había visto que quedarse con diez lastraba y, de qué manera, las aspiraciones de ganar un encuentro. No había tiempo para expulsiones.
Han sido muchos los partidos en los que el técnico de Nules perdió un futbolista. Un hándicap que trastocó la pizarra y que afectó negativamente al equipo blanquiazul a la hora de afrontar los encuentros. Albacete, Oviedo, Racing de Santander o Levante. Hasta en cuatro ocasiones. En esta final, no pecó de inmovilismo. Al contrario. Probablemente, el futbolista que firmó los mejores 45′ de los blanquiazules, Fran Villalba, no jugó más. Su cartulina trajo postre y se perderá el encuentro de este fin de semana en Andorra.
Un escenario similar lo sufrió Alberto Escassi. Su amarilla y su perfil defensivo, condicionaba su presencia en el verde. Más que un cambio de hombre por hombre, la necesidad de ganar obligó a un giro de guion. El entrenador optó por colocar una defensa con cuatro efectivos y dotar de una mayor energía y piernas frescas en el centro del campo con la presencia de Luis Muñoz.