A pesar de las críticas sobre la insistencia en los cinco defensas, Pellicer fue fiel a su idea y no cambió en Sabadell su dibujo táctico. Y le salió bien, que es lo mejor. Eso sí, tuvo que hacer ajustes en la segunda mitad porque en la primera las cosas no terminaron de convencerle. Y con esos cambios, demostrando la polivalencia de sus jugadores, consiguió los tres puntos.
Comenzó el encuentro ‘sacrificando’ a Iván Calero en el lateral izquierdo ante la pobre actuación anterior de Matos. Ismael Casas fue el beneficiado para volver al once tras su lesión en el flanco derecho de la zaga. En el centro, Mejías, Escassi y Juande. Lombán sigue sin encontrar continuidad y permaneció en el banquillo todo el partido.
Incluso cuando, viendo el pésimo nivel de Mejías, Pellicer decidió mantener su esquema tras el descanso. El venezolano se quedó en la caseta, pero el técnico optó por colocar a Luis Muñoz como central. Y todo se niveló. Se sacó mejor el balón desde atrás y si fallaba alguno como Ismael, por ahí andaba el de Nueva Málaga para hacerle la cobertura.
Mientras tanto, en el otro carril, Iván Calero disfrutaba. Cierto que lo hizo más en la primera parte, pero tampoco estuvo mal en la segunda en un encuentro más que notable en el que se estrenó como goleador malaguista.
No fue el único que permutó posiciones, puesto que Chavarría, que inició como delantero centro, se intercambió en varios tramos del encuentro con sus compañeros de ataque. Eso sí, cuando era más necesario, allí apareció el argentino dentro del área para rematar el centro de Rahmani y marcar su tercer gol como blanquiazul y el de la victoria.
A Pellicer, que salió reforzado con su lectura de juego, la polivalencia le consiguió los tres puntos en la Nova Creu Alta.
