En plena resaca de lo que fue el empate a cero que cosechó el Málaga en el Anxo Carro frente al Lugo, pocas conclusiones positivas se pueden sacar. El pozo está cada vez más cerca, pero sí que hay un foco a destacar: Munir. El guardián boquerón no encajó gol, convirtiendo al cuadro de Sergio Pellicer en el equipo menos goleado a domicilio, y dejando atrás los fantasmas del choque ante el Huesca en el que pudo hacer más.
Y lo mejor de todo no es el resultado, que también, sino las sensaciones que dejó el portero internacional con Marruecos. La portería es una posición que se vigila con lupa. Es difícil dar el rendimiento óptimo. No obstante, Munir vuelve a recuperar la confianza que tuvo antes del parón por el Covid-19. También es cierto que tiene asignaturas pendientes como el juego con los pies, pero lo suple en cierta medida gracias al saque con la mano hacia los laterales para, de esta manera, intentar iniciar contragolpes.
El hecho de que el Málaga sea el equipo menos goleado lejos de La Rosaleda no es mérito de uno. El enorme rendimiento de la línea defensiva ayuda. Lombán desde la vuelta a la competición se está mostrando infranqueable en el juego aéreo. Ha sabido suplir a la perfección la baja sensible de Luis Hernández. El experimento de Diego González en el lateral izquierdo y Juande en el puesto de central funcionó.
A pesar de las críticas que ha podido recibir Munir desde la reanudación del campeonato, el muro marroquí puede ser una de las claves de cara a la permanencia. Los serios problemas de cara a portería pueden ser una verdadera preocupación: dos goles en los últimos cuatro partidos –uno de penalti-. El futuro del Club es incierto, pero hay que confiar en ‘La mano de Munir’.