Horas de mucha tensión en La Rosaleda. El descenso, una realidad consumada el pasado sábado en Vitoria, es el principal tema de conversación en las oficinas del club. La afición espera con ganas las respuestas a la pérdida de la categoría y a las explicaciones del rumbo que debe tomar ahora la entidad boquerona. José María Muñoz y Kike Pérez han convocado una rueda de prensa en la que deben dar la cara y contestar en voz alta las reflexiones de un curso muy complicado. Gran parte de la afición pide la dimisión del que ha hecho las veces de presidente estas últimas tres temporadas, mientras que con el director general vitoriano se tienen todavía muchas dudas.
La última comparecencia de José María Muñoz fue en un tono de poco autocrítica y con cierto despotismo hacia la afición y los medios. El administrador judicial sacó pecho por todo su equipo gestor, el mismo que ha llevado al club a la Primera RFEF, a la vez que mostraba su enfado contra aquellos que le recordaban que no sabía de fútbol. Se refirió a las críticas como gente ‘opinólogos de Twitter’ a la vez que aseguró que el club funcionaba perfectamente.
¿Qué versión se podrá ver por parte del administrador judicial? La de alguien que acepta sus errores y paga por ellos con su salida o la de las últimas comparecencias donde todo era correcto. Son muchas las preguntas que tiene que contestar ante los medios. Aunque verdaderamente ante quien debe responder José María Muñoz es ante la afición. Aquella que ilusionó con sus palabras al principio y ha decepcionado con sus actos al final.
Estamos en manos de profesionales de la economía y de la justicia, y esto es fútbol (evidentemente con un modelo de gestión económica). Esto sólo pasa por la dimisión de este señor, y por la determinación judicial de desbloquear todo el tema como propiedad. El Sr. De la Torre es el más sensato, al plantear la única salida posible: pasar a manos de un grupo solvente.
Menudo personaje el señor Muñoz, colocado a dedo por la señora jueza.
es el responsable de llevar el equipo a la ruina de 1federacion.
cobra un gran sueldo por ejercer de sueño sin serlo y sin tener ninguna responsabilidad