El plan trazado por el administrador general con el ERE, y que debe ejecutar en la parcela deportiva Manolo Gaspar, sigue su curso. Uno de los aspectos claves es solucionar el tope salarial después de cuatro mercados consecutivos incumpliendo los parámetros de LaLiga. Sólo así podrá configurarse un nuevo equipo. De ahí que la estrategia de las inscripciones sea un parámetro clave.
Así las cosas, el Málaga afronta dos problemas graves. El primero, una masa salarial desorbitada. Cuando se ejecute el ERE se solucionará. El segundo, que antes de inscribir a nuevos futbolistas hay que dar salida a quienes tienen preferencia. Es decir, a aquellos jugadores que tengan contrato en vigor de años anteriores y no hayan sido inscritos con anterioridad.
Por ejemplo, para hacer hueco en la competición a Orlando Sá y a Cristian Rodríguez, además del permiso de LaLiga, el Málaga estaba obligado a inscribir a Iván Rodríguez, Mula y a José Rodríguez. Los dos primeros ya no están, pero sí el tercero. El alicantino, mientras siga en plantilla, tiene preferencia por encima de cualquier otro jugador que perciba más de los 80.000 euros mínimos. Dicho de otro modo: antes que a Sá hay que meter a José Rodríguez.
Es un paso más dentro de la reestructuración deportiva de la plantilla y de la estrategia de las inscripciones que van a seguir en el conjunto malacitano.