Suena fuerte y extraño a la vez, pero la economía del Málaga depende del Villarreal. Aun debe el club castellonense la mitad del traspaso de Javi Ontiveros. Pero he aquí que Roig se guardó una carta para asegurarse el dinero por la venta de N’Diaye.
El centrocampista senegalés había sido cedido en 2018 por dos temporadas con cláusula de compra obligatoria de 6 millones al finalizar el préstamo. Durante esos dos primeros años, el Málaga pagaba la mitad de su salario anual, que era de 3 millones. Sin el ascenso, en el verano de 2019, no había dinero para seguir pagando esa ficha. Menos aún, de cara a 2020, para abonar el obligado y millonario traspaso. Así que se negoció con el Villarreal para romper el contrato. Algo que se hizo una vez que apareció el Al-Shabab de Arabia Saudí, que se quedó con N’Diaye por esos 6 millones.
Mientras tanto, en una operación paralela, Ontiveros, después de un culebrón con Al Thani, fue vendido al submarino amarillo por 7,5 millones más variables. Pero el presidente del Villarreal no se fiaba de las garantías ofrecidas por los saudíes e incluyó una cláusula por la que, después de pagar al Málaga un primer plazo, no abonaría más si antes no cobraba el traspaso de N’Diaye. Quedan 4 millones aún pendientes de esta operación a tres bandas.
Pau Torres, en la recámara
Y si decimos que la economía del Málaga depende del Villarreal no es sólo por el tema Ontiveros. Pau Torres, que jugó la temporada 18/19 en La Rosaleda, podría dejar un buen pellizco si es traspasado a un club extranjero en el próximo mercado. Por los mecanismos de solidaridad de la FIFA, el Málaga cobraría un 0,5% de la venta del internacional español, cuya cláusula asciende a 60 millones. Corresponderían al Málaga 300.000 euros. Un tesoro para la situación actual.
