Las manos de Yúsuf ben Názar, líder de la dinastía árabe en la Granada del siglo XV, dieron nombre al apodo del equipo que irá a asaltar La Rosaleda, los nazaríes. Dueños de Málaga hasta el asedio de los Reyes Católicos, fueron un espejo donde mirarse antes de la Reconquista en 1487. Lo es hoy, en el contexto futbolístico, para los blanquiazules, los cuales desean campear por Europa como lo hace el conjunto de Diego Martínez. En el proceso hacia la gloria enfrenta y espera la Copa del Rey. Un derbi distinto, pero especial.
Diferente por la ausencia de público, el ambiente de fiesta y los abrazos entre dos aficiones hermanadas. También único porque será la primera vez que Málaga y Granada se vean las caras en Copa del Rey. Y solo uno pasará a octavos de final. Habrá rotaciones en dos equipos que no desprestigian la competición, pero que sí conocen que su deber es otro. Orlando, Alberto Quintana, Larrubia y Alexander, entre otros, apuntan a titulares en el Málaga así como Aarón Escandell, Vallejo, Milla, Kenedy o Jorge Molina en el Granada.
El último precedente en La Rosaleda -y qué distinto todo- respondía a la Segunda División. Fue el pasado 1 de diciembre de 2018. El Granada, con gol de Montoro, se llevó un triunfo que fue clave en su respectivo ascenso a Primera. La Copa del Rey será más que un partido por, precisamente, esto, «enfrentarse al espejo donde mirarse«, como afirmó Sergio Pellicer.
