La vida se ve de otro color en Martiricos. El Málaga vuelve a manejar un presupuesto algo más acorde a la identidad que representa esta ciudad y su afición. El equipo de La Rosaleda tendrá el límite salarial más alto desde su incidente con LaLiga, por encima de los 7 millones de euros, tal y como adelantó Radio MARCA Málaga el pasado 4 de junio. Es por eso que los ojos con los que los otros clubes, jugadores y representantes han cambiado por completo de cara a este mercado veraniego de 2022. A todo esto se puede añadir el pellizco de CVC y las pedreas por jugadores como Horta, En-Nesyri y Pau Torres. Hay una cláusula que ya no pedirán más al Málaga.
Fue una cosa común después del mercado de Okazaki y la nefasta gestión de Caminero y Jofre. Este último ahora en el Cádiz. Después de la no inscripción del delantero nipón, muchos representantes empezaron a negociar con el Málaga con una cláusula por delante. “Si el jugador no puede ser inscrito habrá que pagar el primero de los años de su contrato”. Ocurrió por ejemplo con Alberto Escassi tras su llegada en el verano de 2020 procedente del Numancia.
Desde la llegada de Manolo Gaspar este hecho no se ha vuelto a producir y el Málaga ha ganado en credibilidad. Tanto es así que está cláusula ya no sale nunca en las conversaciones que el Málaga y los objetivos de fichajes tienen. El curso pasado y a pesar del levantamiento de la sanción sí ocurrió. El Málaga ha dado un paso adelante clave para atraer a jugadores de otro nivel en el mercado. Fran Sol, una de las primeras opciones para la delantera ha dicho sí y lo ha hecho gracias a esta mejoría mencionada.