Si por algo ha destacado siempre la Copa del Rey es por presenciar la explosión de jóvenes talentos. David Larrubia, Haitam y Ale Benítez son alguno de los ejemplos. Los tres aprobaron su examen ante el Oviedo, pero hubo un alumno que sobresalió. Su primera mitad fue discreta, aunque reventó todo su potencial durante el segundo acto. La brújula llamada Alberto Quintana.
Equilibrar a tu equipo y dar sentido al juego. Estas son las dos funciones de pivote que ejerció a las mil maravillas el ’32’. El balón no le quemó en los pies, todo lo contrario: lo trató como si de su hermano pequeño se tratase. Sin correr riesgos que pudiesen perjudicar a sus compañeros y dejando más de una delicia para el deleite del aficionado malaguista que vio a su equipo desde casa.
Pellicer decidió sustituirlo por Escassi en el descanso de la prórroga, las pilas se le agotaron. El Málaga se comió el roscón de nata que pagó el Oviedo y ya sueña con la siguiente ronda. Martiricos puede presumir con orgullo de su cuna futbolística. Aunque la victoria fue el mejor regalo, no se pueden olvidar de que por fin llegó a los 100 grados de temperatura el nuevo icono de orientación malaguista: la brújula llamada Alberto Quintana.
