¿Cómo gestiona un vestuario tan joven el peso de una afición que siempre quiere más? ¿Y su entrenador? Esta cuestión se le planteó al míster en la comparecencia previa al partido del lunes frente al Tenerife en La Rosaleda. Tranquilo, sosegado y racional. La «bendita presión» de José Alberto hace acto de presencia ante un Málaga inmaculado en casa… y desastroso a domicilio.
El asturiano apeló a la calidad vigente en Segunda antes de referirse a sus jugadores: «Aquí la exigencia es máxima, pero como en todos los sitios. La igualdad de la categoría es terrible. Tres puntos te acercan al playoff o al descenso. Hay que estar tranquilos y seguir trabajando y mejorando. Los puntos que se van ya no vuelven, pero esta es la bendita presión de jugar en el Málaga«.
«Es lo que nos está sucediendo un poco. Esto es una montaña rusa de emociones y la gente veterana que ya lleva mucho tiempo en esto, pues nos mantenemos al margen y en analizar, ver en qué podemos mejorar y qué hacemos mal para corregir, pero a la gente joven le gusta mucho leerlo todo. El elogio debilita y la crítica te puede afectar más de lo normal. En ese proceso de aprendizaje estamos. Somos de los equipos más jóvenes de la categoría. Entonces, tenemos muchísimo margen de crecimiento y para muchos es su primera temporada jugando con público. No me había parado a pensar en ello. Esto necesita un proceso, pero vuelvo a insistir. Estamos en un club espectacular, donde sabes convivir con esa presión. Si no, no puedes ser ni entrenador ni jugador de este club«.