Un futbolista que vuelve a casa. Y no solo eso, sino que lucirá por primera vez los colores de su tierra. Cedido hasta el final del presente curso, Joaquín Muñoz es la pieza que completa el puzzle malaguista. El último engranaje que hará funcionar la máquina costasoleña. La deseada y ansiada ficha 18. Y no ha tardado en mostrar su felicidad y satisfacción en redes sociales, donde ha afirmado que «los sueños se hacen realidad».
«No saben lo feliz que me siento de representar a la ciudad que me vio crecer y a mi barrio, Miraflores. Os agradezco todas las muestras de cariño. Málaga nunca se rinde. Os quiero mucho». Estas han sido sus palabras en un segundo mensaje sumado al «Dreams come true» del primero. Ilusión, ganas y amor por los colores. Es precisamente lo que necesita el nuevo proyecto boquerón. La suerte de Joaquín Muñoz será la del malaguismo. Y como bien ha dicho, «los sueños se hacen realidad».
