Cómo ha cambiado la vida en solo un año. Es la frase que debe estar pensando Ismael Casas. Por segunda vez consecutiva fue el defensor y portador del brazalete blanquiazul. Ante la ausencia de los capitanes y la inclusión de ocho canteranos en el once, Pellicer volvió a nombrar al de Linares como el líder del equipo en el campo.
Y lo defendió como tiene acostumbrado a la afición. A pesar de su juventud, la experiencia y veteranía que muestra el lateral en cada partido no es habitual en zagueros ‘prematuros’. Frente al Cádiz cumplió en defensa y aportó en ataque, aunque no lo suficiente. Arropado con Hoyos y Larrubia en la primera mitad, no tuvo problemas en solventar las acometidas de Malbasic, a excepción de un remate que pudo costar el gol.
Tampoco los tuvo en la segunda parte. Esta vez, para prueba de la absoluta confianza del entrenador en Ismael, desde el costado izquierdo tras los cambios realizados. Y volvió a ser el protagonista destacado en el duelo frente al ex malaguista Iván Alejo. Ni que decir tiene que el presente y, sobre todo, futuro del jienense es infinito. Este ‘chico’ está llamado a triunfar en el fútbol español.