El premio final de la victoria no llega al Málaga de Natxo González. Es un deseo que se le resiste al entrenador vasco. Ha tocado y tocado este grupo en todos los partidos. Con cambios de disposición de los jugadores, con titularidades repartidas y también metiendo en el campo a efectivos de refresco que tampoco acaban firmando el ansiado triunfo. En sus primeros cinco partidos al frente del equipo blanquiazul, los suplentes se quedan en intentos de revulsivos.
Solo en Anduva ante el Mirandés agotó los cinco cambios. En esa al igual que en las demás citas, la unidad B tampoco irrumpe con fuerza. Hasta doce futbolistas distintos saliendo desde el banquillo ha empleado el preparador blanquiazul en las últimas cinco fechas del campeonato. En su debut ante el equipo de Miranda de Ebro: Roberto, Antoñín, Hicham, Gassama y Pey. Los dos primeros tuvieron casi media hora por delante, pero su entrada no agitó el marcador. Gassama sin trascedencia y el ingreso de Pey en el verde fue por la lesión de Juande.
En Zaragoza, más de lo mismo. Febas y Vadillo entraron a falta de treinta minutos. Apenas cinco minutos después, el equipo maño igualó el marcador. Solo algunos detalles puntuales de Vadillo, hicieron animar a un Málaga que solo disparó a puerta con el tanto de Antoñín y una leve conducción final de Paulino. Brandon salta al césped en el 81′ y su trascendencia fue anecdótica.
El choque ante el Almería acabó en derrota. Ni Kevin ni Brandon lograron agitar el ataque pese a la casi media hora en La Rosaleda. Gassama y Jozabed pasaron desapercibidos para un Málaga espeso en el plano ofensivo. El desplome ante la Real Sociedad B fue demoledor.
Vadillo y Brandon fueron intentos de revulsivos. Es cierto que su rendimiento mejoró levemente a lo que salió de inicio, pero tampoco pudieron darle la vuelta al marcador. Al menos en lo particular, su participación en el verde les valió para ganarse la titularidad ante el Cartagena.
Este lunes, Natxo González tampoco tuvo fortuna. Realizó cuatro cambios fruto del desgaste de varios jugadores, pero el escenario de partido no favoreció. Ni a Antoñín ni a Hicham se les vio con peligro en la zona ofensiva. No gozaron de oportunidades y su plan era la de contener a un Cartagena que iba a tumba abierta. Ramón tampoco pudo dar la pausa y el control. Apenas tuvo balón. Por último, siete minutos para Chavarría sin tiempo para calificar y que aun se le ve lejos de su mejor tono físico.