Hacia el estreno con luces y sombras

El Málaga CF tiene mucho que mejorar todavía de cara a la temporada 22/23. El domingo 14 ya está a la vuelta de la esquina, y El Plantío será el escenario que viva el arranque del proyecto de Pablo Adrián Guede. Un conjunto de Martiricos que, tras la finalización de la pretemporada, marcha hacia el estreno liguero con luces y sombras.

El fin de semana ha dejado muchas probaturas. Fue el viernes contra el Al-Nassr cuando el míster argentino ponía por primera vez en liza esa línea de cuatro defensas que no se había visto hasta el momento durante el período estival. No fue fructífero el experimento, con un Jonás Ramalho que, aunque correcto en defensa, no tuvo esa llegada por banda necesaria en el estilo de juego de Guede.

Anoche, en el Nuevo los Cármenes ante el Granada, la disposición fue la misma aunque con diferentes protagonistas. Las sensaciones, durante 70 minutos, no fueron ni mucho menos agradables. Los jugadores a priori ‘titulares’ no supieron cuajar un encuentro sólido ante un Granada que se adelantó en un despiste del combinado boquerón. Genaro Rodríguez fue el eslabón más débil en un centro del campo que se encontraba desorganizado durante extensas partes del choque.

Fue poco a poco, y ya durante el segundo tiempo, que el equipo visitante en reino nazarí pudo demostrar que tiene calidad en la zona ofensiva. Jozabed fue más timón en el centro del campo, encontró su sitio y desahogó la salida de balón. En el momento que Gallar ingresó en el verde, todo cambió. Creatividad y verticalidad para conectar con los delanteros. Tres toques y gol para poner el empate.

Falta todavía ver a pleno rendimiento la dupla goleadora. Fran Sol pudo dar la asistencia del gol, pero tampoco estuvo extremadamente incipiente ni acertado en el juego. Por otro lado, Rubén Castro aún trata de entenderse con unos compañeros que en ocasiones le desesperan por no poder conectar con él.

Estos últimos 20 minutos se suman a los buenos momentos ante Cádiz y Almería para demostrar que el Málaga puede. No obstante, falta mejorar esa concentración, ese hambre por llevar el balón a los arietes y la destreza de conjuntar a jugadores con calidad. A partir del próximo domingo, las balas comienzan a doler. El club de Martiricos avanza hacia el estreno con luces y sombras.