Valentía, coraje, garra, fútbol ofensivo, el «dale, dale, dale». Nada de esto se vio a la par que sonó el pitido inicial de De la Fuente Ramos en la isla. El Málaga salió con un planteamiento demasiado defensivo contra Las Palmas con un 5-4-1 que trajo recuerdos de la etapa con Natxo González. Sin embargo, el míster tiró de casta tras el descanso y los cambios pudieron salvar un empate que no se mereció. Guede, de la contradicción a la reacción.
Esto ya empieza a ser una tradición en Martiricos con el de Buenos Aires: las modificaciones funcionan. Después de dejarse la garganta en la primera mitad desde la zona técnica, quitó a Pey sin pensarlo tras su pésima actuación atrás para colocar a Aleix Febas, cuya suplencia sigue sin entenderse todavía. La triple entrada de Sekou Gassama, Paulino e Ismael Casas sentó las bases del 2-1 con el ’20’ originando la jugada y Roberto pudo silenciar Canarias con el que hubiese sido el testarazo del empate.
Pero la cuestión es que el míster decidió renunciar a sus principios contra los de García Pimienta, algo que sorprende viendo lo realizado desde su llegada al banquillo Joaquín Peiró de La Rosaleda. Guede pasó de la contradicción a la reacción en la visita a Las Palmas y esto debe ser una lección a aprender teniendo en cuenta que el Málaga se juega la vida misma en las cuatro últimas jornadas. Y la primera es el Oviedo en casa, la pizarra del viernes tiene que cambiar.
Comparto opinión, el planteamiento inicial salió mal… El Málaga al no tener calidad en la mayoría de sus jugadores no puede tirar de táctica, lo único que le puede ayudar a ganar es tirar de garra, casta, coraje, de meter el pie y luchar y si se pierde se pierde pero se ha luchado. El año que viene y con otros jugadores podremos tirar de táctica, aprovechando que tenemos un entrenador muy bueno tácticamente.
No entiendo nada. A otros entrenadores los habéis triturado por mucho menos.