CARTA DE DESPEDIDA DE MANOLO GASPAR
Buenas tardes a todos
Estas semanas he estado pensando mucho sobre mi etapa en el filial del Málaga, y cómo aquel grupo de amigos lo consiguió todo cuando nadie esperaba nada de ellos.
Llegamos al fútbol profesional y a partir de entonces nuestras carreras se aceleraron. Yo estoy muy satisfecho por cómo fue la mía, pero ya nada se pareció a aquel primer premio.
El fútbol profesional siempre está marcado por las expectativas. Y, aunque uno está dentro de un vestuario y sabe la verdad de las cosas, nunca participa en el diseño de lo que se puede o se quiere conseguir.
Así fui quemando etapas… A veces era yo quien pensaba que el club no cumplía mis expectativas; y a veces era el club quien pensaba que se merecía un lateral derecho mejor. Pasado el tiempo, eso ya da igual. Puedo volver a todos esos lugares y saludar a aquellos profesionales… Algunas cosas que parecían montañas el tiempo las convirtió en anécdotas. Y queda, creo, el reconocimiento mutuo de gente que trabajó con honradez en un bien común.
Pues bien… Esta etapa también se acaba.
Estos días pensé mucho también sobre qué tenía que decir hoy. Pero la cosa, como contaba antes, es sencilla: soy el responsable máximo de la parcela deportiva del equipo y los resultados mandan. Es así de fácil.
Siempre me ha pesado la responsabilidad. Pero, a veces, cuando creí que debía dar un paso al lado por esa responsabilidad, me convencieron desde el club de que el compromiso era quedarse y ayudar. Y así lo hice. El club me pidió que hiciera el mercado. Ahora el club ya piensa que es el momento de separar nuestros caminos.
Hasta hoy no he dejado de pensar ni un solo minuto en mi trabajo y en mi cometido como director deportivo. Pero terminado el mercado de fichajes de invierno llega el momento de decir adiós, para que el Málaga siga con líneas de trabajo diferentes y pueda ilusionarse mirando al futuro de otra manera. Momento para que los que me sucedan puedan planificar los siguientes mercados con tiempo para realizar un buen trabajo y asentar nuevas bases deportivas.
Asumo, por supuesto, mi parte de responsabilidad. Asumo mis aciertos y sobre todo mis errores. Aunque me gustaría dejar claro que mis decisiones se ejecutaron siempre mirando por el bien del club en cada momento. Desde el primer día hasta el último he tratado de ser fiel, honesto, sincero, comprometido y sobre todo leal con la causa Málaga Club de Fútbol. Para mí la lealtad es un lazo que no se puede romper jamás en una relación.
Han sido tres años sin tregua, de montaña rusa. Tres años en los que he visto salir a muchos compañeros de forma injusta pero necesaria, y donde también he visto prácticamente nacer de nuevo al club y tener que reinventarse cada año en un contexto muy complicado con una administración judicial.
Me voy como siempre he salido del Málaga, aunque esta es la primera vez que me despido realmente desde que llegué al club en categoría infantil. Lo hago sin rencores, sin reproches y agradecido por una oportunidad que posiblemente en otra coyuntura no hubiera tenido.
Gracias a todos los trabajadores del club. Citarlos a todos sería imposible, pero venir a trabajar en los días más difíciles ha sido más fácil gracias a vosotros. Han sido muchas horas, muchos días y muchas noches luchando.
Gracias a los jugadores y técnicos. Sigo confiando cien por cien en vosotros. Sé que lo vais a conseguir.
Gracias a la prensa. A lo largo de estos tres años en el cargo he sentido apoyo y respeto y he entendido la mayoría de las críticas como parte de este juego y de mi trabajo.
Gracias a la afición. Es verdad que ahora no es nuestro mejor momento, pero quiero daros las gracias infinitas a todos los malaguistas de corazón que en todo este tiempo nos habéis apoyado de manera incansable en las buenas y en las malas, que últimamente han sido muchas. Ha sido un honor y un privilegio poder representar al Málaga, os aseguro que he tratado de ser el mejor director deportivo posible, y os pido perdón si alguna vez entendisteis que no estuve a la altura. Os pido también que os unáis en torno al equipo: en vuestras gargantas y en vuestras palmas está el camino.
Y por último gracias a mi familia. Tengo un hijo de cuatro años al que apenas he podido ver en este tiempo en el que me he dedicado de forma plena y exclusiva al Málaga. Os he desatendido y ahora es tiempo para estar con vosotros.
Poco más, quiero desearle mucha suerte y mucha fuerza a los que lleguen al club en las próximas fechas, y también a los que siguen.
Y deciros a todos que cuando tenga fuerzas volveré a La Rosaleda a seguir animando con mi bufanda.
Os deseo todo lo mejor, de corazón. Os quiero mucho.
Sé que ha trabajado usted mucho pero el fútbol a veces es muy desagradecido y la verdad es que su gestión ha sido muy desafortunada. Adiós señor Gaspar, le deseo lo mejor.