Es innegable. El conjunto de Martiricos no mereció sacar puntos del Estadio de Gran Canaria. No obstante, el fútbol es un deporte caprichoso y lo demuestra cada fin de semana. Varios han sido los partidos en los que los blanquiazules han merecido la victoria sin premio a lo largo del curso. La polémica arbitral está a la orden del día en la Costa del Sol. Una vez más, el VAR volvió a dar la espalda al Málaga.
Además de la doble vara de medir en las faltas, hubo una jugada que pudo parecer intrascendente pero, con el resultado final en la mano, ni mucho menos lo fue. Rondaba el minuto 80 y, con los cambios ya realizados, Sekou iba a ser protagonista. Una jugada en el área algo trastabillada terminaba en un balón dividido que el delantero hispanosenegalés iba a rematar. No conectó con el balón porque, en un intento de hacerse con el cuero, el guardameta rival arrolló por completo al ariete tirándolo al suelo.
Veinte segundos hiceron falta para decidir. Ni más ni menos. González Esteban -ayer en la sala de videoarbitraje- comunicó a su compañero De la Fuente Ramos que no había nada. Un contacto clamoroso y determinante en el devenir del encuentro. Según el VAR, no era objeto de revisión por parte del colegiado -el cual no había percibido el derribo dentro del área dado el gran barullo de jugadores que había en la zona-.
Por desgracia, el VAR está de nuevo en el punto de mira y volvió a dar la espalda al Málaga. Dos jornadas consecutivas en las que la dirección del encuentro ha perjudicado de forma clara a los blanquiazules, ayer de amaranto. No, el equipo andaluz no mereció ganar en el día de ayer, pero hay partidos en los que el fútbol hace de las suyas y los merecimientos quedan sepultados por acciones del juego.
Cierto, que el equipo no mereció puntuar, pero, al Cesar lo que es del Cesar, otro penalty que le hacen a un jugador del Málaga, y, no lo pitan. Cuantos van? En fin…. A ver si acaba la temporada, salvandonos, y, a ver si la que viene tenemos más suerte con los árbitros.