Dicen las lenguas antiguas que no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes. Y si no, que le pregunten al Málaga, que sigue celebrando -además de los tres puntos vitales contra el Amorebieta- el regreso imperial de Juande. El cordobés no solo se vio involucrado en tareas defensivas, sino que marcó el 0-2 y volvió a sonreír después del parón por la lesión y su titularidad 35 días después -la última, 30 de enero frente al Mirandés-.
Corría el minuto 52′ y los de amaranto tenían una falta lateral lejana a favor. En lo que ya es tradición esta temporada, se sacó en corto para ganar metros. Álvaro Vadillo condujo el cuero, levantó la mirilla y puso un centro térmico en la cabeza del ‘5’. Él solo tuvo que girar el cuello para que las leyes de la física hicieran el resto y superasen a Roberto Santamaría, quien solo pudo hacer la estatua.
En el apartado trasero cuajó ocho duelos ganados de doce disputados, dos intercepciones y solo le regatearon una vez. Aunque todo hay que decirlo: no llegó al 70% de efectividad en los pases. Sin embargo, la afición confirma sus sospechas después de lo visto en Lezama. No se concibe un Málaga sin el ‘5’ y el equipo sigue festejando el regreso imperial de Juande.
Se notó y bien su presencia atrás.
Ojalá no haya más lesiones está temporada. Se hace imprescindible atrás. El gol de Amorebieta pilla a Lombán y Casas despistados. No cerraron bien la posición al despeje primero, ni al remate posterior.