Cada partido es una final –o así se debería mirar y tratar- para el Málaga CF hasta final de temporada. Aunque después de la victoria de los blanquiazules frente al Cádiz el equipo está igual de cerca de los playoffs que de los puestos de descenso, el vestuario es prudente con la situación actual. No hay que olvidar que el objetivo real, en este contexto, es la salvación, de ahí la máxima importancia del próximo encuentro.
El Rácing de Santander, equipo con el que estrenó la liga los boquerones, visitan La Rosaleda en una racha desfavorable, todo lo contrario que los de Pellicer, que llegan con un subidón de moral después de vencer al líder en su templo. Los recién ascendidos a la categoría de plata ostentan la última plaza de la clasificación y están en una situación límite si desean mantener la categoría. Vencer al Málaga sería la primera etapa superada de un Tourmalet que se prolongará hasta que los puntos dicten sentencia.
Lo cierto es que si miramos estadísticas, el favorito indiscutible es el conjunto de Martiricos. No por ser infranqueables en casa –aunque poco a poco lo están consiguiendo- sino por los escasos puntos que ha obtenido el Rácing en sus partidos lejos de El Sardinero. En la clasificación visitante por puntos ocuparían el último lugar. Solo 10 puntos –una victoria y siete empates- son sus números a domicilio, por lo que el cartel de favorito es más que nunca para el Málaga CF, aunque eso en el fútbol, amigos, importa poco.
