Haitam Abaida, jugador de 18 años que llegó en edad cadete al Málaga, ha sido el último canterano en debutar con el primer equipo. Uno más que se une al grupo de los Benítez, Quintana, Fomba o Julio, por poner algunos ejemplos de debutantes en partido oficial esta temporada 20/21. Pellicer, que viene de abajo, los conoce muy bien y no ha dudado en darles una alternativa que se están ganando con creces.
Porque a ellos les preceden los Ismael Casas, Ramón, Juande, Cristo, Larrubia, Hicham, Juan Cruz o incluso el propio Luis Muñoz. O los que ya no están, como Ontiveros o Iván Jaime. Todos han salido de una prolífica Academia que no cuenta con una Ciudad Deportiva donde poder desarrollar su carrera. Aun así, y con los problemas económicos que asolan al club, siguen saliendo futbolistas con clase y con todo el potencial para convertirse en profesionales.
Es el milagro de los panes y de los peces en el fútbol. Porque se habla mucho de las canteras, no ya de los grandes, sino del Villarreal o el Espanyol. Pero las instalaciones y las posibilidades con las que cuentan para atraer ese talento no están al alcance de la entidad malaguista. Y da que pensar.
Mientras tanto, y si algún día se produce otro milagro aún mayor con la Academia en Arraijanal, el Málaga puede seguir disfrutando de más gente de la casa, canterano tras canterano que debuta en el primer equipo.