El Málaga tiene claro que irá al mercado de fichajes en invierno. El puesto de un delantero es una de las prioridades para la dirección deportiva. Manolo Gaspar ya ha marcado la hoja de ruta y el punta es algo que está señalado en rojo en los planes del paleño. Más todavía cuando la lesión de Pablo Chavarría se ha complicado. El club de Martiricos contaban con que el delantero argentino ya estaría recuperado para estas fechas, sin embargo, su nueva lesión muscular ha frenado por completo esa idea. Ahí es donde entró Borja Garcés en la escena de este Málaga CF de nuevo.
Manolo Gaspar se quedó con las ganas de firmar al delantero de Melilla en verano. El ariete canterano del Atlético de Madrid fue la opción número uno para portar el ‘9’ malaguista en los meses de junio y julio. Sin embargo, las opciones económicas del club costasoleño por esa época eran las que eran y la operación no se pudo concretar. Borja Garcés fue al Leganés y Manolo Gaspar tiró de Sekou Gassama, de la misma agencia y segunda opción de los blanquiazules.
Borja Garcés tuvo sus más y sus menos con Garitano en el Lega. “Mientras yo sea el entrenador no volverá a vestir la camiseta del Leganés”, sentenció Garitano tras la derrota del Leganés contra el Tenerife. Eso hizo que el interés malaguista se reactivara tras la posibilidad de que se cortara su cesión. El punta no acudió a un entrenamiento por ir a la boda de su hermano y eso le costó la bronca. Sin embargo, la salida de Garitano y la llegada de Nafti lo ha cambiado todo. Desde la llegada del nuevo entrenador, el atacante ha jugado minutos e incluso ha sido titular en las últimas tres citas del cuadro pepinero. Un Borja Garcés del que el Málaga ya se ha olvidado tras los dos goles anotados en las últimas jornadas.