Es tiempo para valientes, para dar un paso adelante y para certificar el ansiado objetivo de la permanencia. El Málaga se encuentra inmerso en un bucle por la salvación y busca activar el factor Rosaleda para lograr el premio final. En casa, la plantilla voló y recientemente no logra ni planear. Desde el pasado mes de noviembre no firma una victoria ante su parroquia.
Al calendario le restan diez jornadas para que llegue a su fin, pero el Málaga jugará de local en cinco partidos. Quince puntos. Cantidad suficiente para que los de Martiricos puedan dar por finalizado el año ante su público. Los rivales son de altura, pero es lo que hay. Huesca, Real Valladolid, Eibar, Real Oviedo y Burgos.
El primero de ellos, este domingo ante el Huesca. Natxo González quiere activar el factor Rosaleda. Un escenario que fue un fortín a principios de temporada y que pese a la zozobra actual, el ‘templo’ blanquiazul promedia casi 14.000 aficionados en cada partido, el segundo mejor dato de LaLiga SmartBank
Jugar de local ha de ser vital en este tramo de campeonato. Así lo reconocía el propio míster malaguista en la previa ante el Huesca. Entramos en las diez últimas jornadas y jugar como local tiene que ser decisivo. Y lo haremos. Estoy convencido de que va a ser el domingo. Vamos a ser fuertes de nuevo en casa como fuimos a principios de temporada. Nos aproximamos mucho pero no acabamos de conseguirlo. Y tenemos que dar ese paso adelante.
La afición arropará al equipo blanquiazul. La Grada de Animación activa el ‘conjuro’ y anuncia un recibimiento en la antesala del partido. El Málaga se aferra al factor Rosaleda. Un llamamiento por la causa blanquiazul.
