Eran otros tiempos, otro fútbol y otras circunstancias, pero el Málaga sonrió y venció en Vitoria. De hecho, en sus últimas etapas en Segunda División conquistó Mendizorroza. Siempre. Ahora, no es la situación idónea. El estadio del Alavés se puede convertir en el escenario donde pierda la categoría y se marche 25 años después del fútbol profesional.
Pese a que el equipo no estará solo, la carambola que debe producirse es cuanto menos rocambolesca. Hay que tirar de hemeroteca y revisar los últimos enfrentamientos para constatar que al Málaga, siempre que estuvo en esta categoría, le sentó bien jugar contra el Alavés.
Muñiz triunfó en Vitoria con el Málaga
Perico y Peragón. Ambos fueron los autores de los goles que supusieron las últimas victorias del equipo blanquiazul en la categoría de plata. Ya ha llovido. Más de quince años. La primera fue un 3 de febrero de 2007. Un Málaga raquítico y en plena Ley Concursal se presentó ante un Alavés con futbolistas como Edu Alonso, De Lucas o el que fuese futuro blanquiazul Mehdi Lacen. El Málaga de Muñiz acudió con amplia representación de canteranos. Jugadores como Jesús Gámez, Perico, Popo mantenían esa savia nueva mientras que los líderes de aquel equipo eran los Salva Ballesta, Sandro o Antonio Hidalgo.
La victoria se vino para Málaga. Un 0-1 de manual de Segunda División. Pase de Sandro y gol de Perico. Un triunfo que daba oxígeno a los blanquiazules y dejaba tocado al club de Dmitri Piterman y también de un Kike Pérez que empezaba su trayectoria profesional en el equipo de su tierra.
Al curso siguiente, ambos se vieron las caras. El Málaga lograría el ascenso ese curso con el asturiano en el banquillo. Vitoria fue la segunda estación del campeonato. Una temporada que arrancó con un registro histórico. Siete victorias consecutivas en liga y dos rondas coperas. Nueve de nueve. Peragón puso el 0-1 a falta de menos de quince minutos del encuentro. Tres puntos de oro.
Ahora, el Málaga llega con otra necesidad. Otra situación y un escenario bastante más desolador. Eso sí, si el milagro ha de producirse deben volver a ganar en un lugar donde años atrás fueron muy felices.