El guiño a Antoñín

Desde su llegada, Antonio Cortés Heredia ha estado siempre rodeado de focos. Tanto del mediático como del entorno de Martiricos así como también el de la propia afición. Era el retorno del hijo pródigo. La perla volvía a casa tras su salida. Decidió venir al Málaga CF pese a tener otras y mejores ofertas. Antoñín tuvo que aterrizar, entrenar y directamente jugar en Ibiza.

No fue un verano sencillo para el malagueño. Denostado por Robert Moreno, apenas tuvo protagonismo en la pretemporada del Granada CF, le tocó venir a Málaga. Una presión doble. La deportiva y la mental. Antoñín ha vivido unos meses de montaña rusa. Ahora pide paso a base de buenas actuaciones, pero pasó de ser fijo y titular a vivir casi en el ostracismo. José Alberto lo reconoce. Ve a un nuevo jugador. El guiño a Antoñín es claro.

Empezó de titular, pero, ni de extremo ni de delantero centro, ofrecía buenos registros. Pese a ello, corrían las tres primeras jornadas desde su llegada y era uno de los fijos en el once de José Alberto. A continuación se apagó. No le salían las cosas como él quería. No fueron buenos los siguientes partidos. Ni de él ni del equipo malaguista. Su escasa aportación ofensiva y el debate en torno a su rendimiento salía a relucir. Tanto fue así que se cayó de la alineación.

Semanas después volvió de titular ante el Lugo. Siete jornadas después. Un cambio positivo y una luz en ese túnel. El extremo dejó muestras de que era la primera vez que volvía el Antoñín de antaño. En Oviedo más de lo mismo. Mereció el gol, pero la fortuna fue esquiva. Su remate fue al palo. Pese a todo, José Alberto lo tiene claro. «Creo que la tendencia es muy positiva y está recuperando su nivel. Entrenando lo vemos ya muy bien, mucho mejor y los dos últimos partidos tanto ante el Lugo como en Oviedo, todos habéis visto al Antoñín que conocéis y al que todos queremos ver. Se merecía que el balón que pega en el palo entrara, le habría venido bien al equipo por el lastre de ganar fuera de casa y a él personalmente«

El guiño a Antoñín en rueda de prensa no es un elogio regalado. El tren estaba en marcha y el jugador se montó. Sin regalos.