Nadie olvida el gesto de Weligton. Capitán dentro y fuera del campo. El defensa brasileño antepuso los intereses del Málaga CF a los suyos. Y es que en 2017, Weligton cedió su plaza de extracomunitario para que el conjunto blanquiazul pudiera firmar a Adalberto Peñaranda. La voluntad de un capitán que acabó en decepción porque el rendimiento en el verde del atacante venezolano no fue el deseado ni el requerido.
En este Málaga ya había tres extracomunitarios y la normativa vigente impedía la llegada de Peñaranda. El club contaba con Michael Santos, Roberto Rosales y el propio Weligton. En un gesto que pocas veces se ha visto en un equipo profesional, el brasileño dejó su ficha en servicio del Málaga CF. El defensa se encontraba de baja por una lesión desde hacía varios meses atrás y sin un pronóstico definido de próxima recuperación. El capitán dio el paso.
La llegada de Peñaranda al Málaga supuso el primer refuerzo invernal para Marcelo Romero. El atacante recaló cedido en La Rosaleda y su paso siempre estuvo marcado por más sombras que luces. El venezolano, con tan solo 19 años, tenía bastante competencia. Nada más aterrizar, le tocó intentar entrar en un ataque que lo formaban jugadores como Charles, lesionado por aquel entonces, o un Sandro Ramírez que acabó anotando 13 dianas.
Su estado físico no era el idóneo y sus episodios fuera del terreno de juego marcaron esos primeros meses en Málaga. El club confirmó su objetivo y firmó la permanencia en Primera División si bien es cierto que la participación del atacante venezolano fue meramente anecdótica con menos de 200 minutos en el verde.
La confianza en el atacante fue total por parte del club. De hecho, Francesc Arnau, por aquel entonces máximo responsable de la dirección deportiva, negoció la cesión por dos temporadas. Peñaranda ese verano acude con la selección sub-20 de su país a disputar el Mundial. Ahí explotó. Lideró a la vino tinto hasta alcanzar la final contra Inglaterra. No pudo saborear el triunfo y para más inri acabó lesionado. Fisura en el quinto metatarsiano del pie izquierdo.
La lesión le impidió entrar a tono en la campaña 2017/2018. La última campaña de los blanquiazules en Primera División y que tantos problemas de cara al gol generó tanto a Míchel como al resto de entrenadores. Desde la jornada siete en Sevilla donde reapareció, hasta la 19, Peñaranda fue el preferido para el técnico madrileño. Pese a ello no la rompía. Míchel acabó destituido y el banquillo lo ocupó un José González que lo conocía bien en su etapa como técnico del Granada. Al contrario no sirvió de mucho porque se lesionó. El diagnóstico: rotura de grado II en los isquiotibiales de su pierna izquierda. En el dique seco hasta marzo de 2018.
A partir de aquí es donde vuelve a aparecer el díscolo Peñaranda. Y esa voluntad de un capitán que acabó en decepción se mide en la multa que el Málaga CF le puso al atacante de la ‘vino tinto’. Gestos de indisciplinas y malos hábitos extradeportivos.
Posteriormente el jugador acusó a los médicos del club a no tratarlo bien y de no saberlo recuperar. Tras deambular por varios equipos de Europa, ahora, el delantero está en Las Palmas y no participará ante el Málaga CF por una lesión. El fútbol y sus historias.
