Manolo Reina pasó por la radio del deporte esta semana y va a tener pesadillas con el Málaga 20/21. En la ida, Pablo Chavarría paró en 738 minutos su récord de imbatibilidad. En la vuelta, David Lombán fue el campeón de capitanes ganándole la guerra mental en el penalti que supuso el 1-0 en los primeros compases del partido. La jerarquía del ‘4’ en los planes de Pellicer es inconmensurable y lo demostró donde lo tiene que hacer: en el verde.
Brian Oliván le dio con la mano al centro de Álex Benítez. En primera instancia, no se señaló nada, pero para eso está el VAR. González Esteban le recomendó a Hernández Maeso que visualizase el contacto en la pantalla y al extremeño se le disiparon las dudas. Desde el momento en el que el colegiado señaló el círculo blanco ambos capitanes colocaron sus primeras piezas: el ‘1’ no quiso soltar el balón, el ‘4’ lo pidió como si le fuese la vida en ello.
Cara a cara. Juego de miradas. El silbato hizo su melodía y el brazalete malaguista engañó al bermellón: el balón al palo zurdo, Manolo Reina tirándose al diestro. La sonrisa de uno, las ganas del otro de llevar el esférico al centro del campo lo antes posible para no perder tiempo. Esta vez, Lombán fue el campeón de capitanes en un partido que cumplió las emociones prometidas y ambos equipos se conformaron con el empate final.
