Este animal cambia de color en función del clima, la propia supervivencia o diversos factores gracias a los pigmentos de su piel. Pues bien, Pablo Guede no se va a cortar a la hora de modificar el esquema táctico durante los partidos y ayer se vio en su debut contra el Valladolid. Arrancó su andadura con tres centrales, aunque la alta carga de tarjetas amarillas y la amenaza rival le hizo cambiar de idea. Así fue el camaleón llamado Málaga.
3-1-4-2. Genaro en la contención y Escassi cortejando a Pey y Andrés Caro en la zaga, además de Vadillo y Brandon Thomas arriba con Víctor Gómez y Javi Jiménez profundizando los carriles. Una pizarra que no pudo tener mejor comienzo con el 1-0 del balear a los cinco minutos y que gozó del 2-0 en un regalo del Pucela. A partir de aquí, entre la remontada de los de Pacheta, el miedo a que fuese a más y las múltiples amenazas de expulsión por dobles cartulinas, el míster tuvo que entrar en acción.
Adrián López y Paulino entraron nada más el empate. Incluso se llegó a ver un doble lateral por izquierda con el ‘7’ ayudando en el repliegue bajo el peligro de Gonzalo Plata. De hecho, este invento casi originó el 3-2 en un fallo imperdonable del ’21’ malaguista con Jordi Masip prácticamente vendido. «Estábamos obligados un poco a que jugasen por fuera para poder defender por dentro, se iban contra el arquero. Eso es lo que buscábamos: intentar hacer un 6-5 y dejar uno por fuera para ganar superioridad con cualquiera», explicó el argentino en sala de prensa. En definitiva, el míster no se aferra a nada y se seguirá viendo próximamente el camaleón llamado Málaga.
Uno de los problemas que tiene la «Málaga Deportiva», es los «periodistas forofos» tan malos
«Dicho lo cual»