Diego González es uno de los futbolistas del Málaga que cumple a rajatabla desde casa de sus padres los planes que el preparador físico les ha puesto para intentar no perder demasiado la forma física. El gaditano lo lleva bien a pesar de las dificultades.
«Llevo bastante bien entrenar en casa. Estoy a gusto, no se me hace pesado, me pongo la música en la tele y lo llevo bien. Suelo entrenar unas dos horas o dos horas y media, depende del día y de lo que nos manden los preparadores físicos”, apunta.
Además, tiene la ayuda de sus progenitores. «A veces se une mi padre haciendo a mi lado bicicleta estática, o mi madre con la música».
El central asegura, eso sí, que le falta el día a día en el campo, en el estadio, en el vestuario. «Aunque no se me hace pesado entrenar en casa, echo de menos entrenar con los compañeros, es lógico, pisar el césped, el balón. Fuera de casa tengo un poquito de césped pero claramente no es lo mismo».
Ahora, este fin de semana, Diego González deberá regresar a Málaga para reincorporarse a los entrenamientos, si bien antes deberá pasar los obligados tests. Será entre el martes y el jueves cuando vayan haciendo esas pruebas. En 48 horas estarán los resultados y recibirán el consentimiento para volver al trabajo.
