Ocho jugadores malaguistas han tenido el honor de llevar el mítico dorsal de Juanito en la última década. El 7 del Málaga. Desde que lo cogiera Nabil Baha y lo soltara Juankar. Antes del marroquí también fue la camiseta que defendieran los históricos Movilla o Dely Valdés. Otros nombres propios fueron: Iván Rosado, Pere Martí o Gerardo. Es imposible olvidar su gol clave en Villarreal que encarriló la consecución de la Intertoto aunque en esa campaña portaba el dorsal 20.
Muchos jugadores y mucha historia en ese número. Nabil Baha fue el delantero talismán de Muñiz. El primer defensor. Denostado para algunos por su poco gol, pero muy defendido por el gran trabajo que realizó en una etapa muy dura para el Málaga CF.
De Baha a Paulino de la Fuente
El marroquí portó la camiseta malaguista cuatro campañas. Casi 100 partidos y 24 goles con el Málaga. Baha empezó con el número 25 en sus espaldas. Lo llevó dos temporadas seguidas. Fue ya en la temporada 2009-2010 y en la 2010-2011 cuando asumió el ‘7’ malaguista.
El heredero de ese dorsal fue Don Joaquín Sánchez. La eterna sonrisa y el jolgorio. Fue la antesala del Málaga de Champions. El andaluz que aterrizó con 30 años dejó tardes de gloria para el malaguism. Dos campañas que lució el ‘7’. 6 goles, varias asistencias. Sonrisas y lágrimas de una etapa dorada y fugaz del EuroMálaga.
Al curso siguiente, ya en la 2013-2014. la crisis deportiva y financiera empezaría a entrar en Martiricos. Nueva época oscura y de aires cambiados. Bernardo Schuster era el técnico escogido para suplir al ingeniero chileno. El dorsal en ese curso fue para un El Hamdaoui que se convirtió en el gran Guadiana malaguista. Queda en el recuerdo su mañana mágica ante el Rayo Vallecano con un hat-trick. Ahí quedó su aportación y sus buenos minutos como malaguista.
En la 2014-2015 el 7 fue para Samu García. El canterano heredó ese dorsal y vimos la mejor versión del malagueño de La Luz. Javi Gracia estuvo a los mandos de una nave blanquiazul basada en la austeridad, jugadores de la factoría Casanova y ventas a espuertas. Un año duro pero intenso. El equipo acabó en novena posición con 50 puntos y se quedó en los cuartos de final de la Copa del Rey. Samu García fue el autor de 5 goles y al final del verano fue el triste protagonista de la famosa rueda de prensa junto a Samu Castillejo del ‘No me voy, me venden’
Tras la salida de Samu García al Vilarreal, el dorsal ‘7’ volvió a quedar disponible. El nuevo propietario fue Juankar en las dos siguientes campañas. En la 2015-2016 y en la 2016-2017. El jugador llegó cedido con opción de compra procedente del Sporting de Braga. No pudo rendir a un gran nivel en su primer año en el Málaga y su aportación fue de más a menos. Pasó altibajos debido a las constantes lesiones. Si tuvo una mayor continuidad en su segunda temporada donde se consolidó en el carril izquierdo tanto con Juande Ramos, el Gato Romero y Míchel, los tres entrenadores que tuvo el Málaga en esa campaña.
Tras su retorno a Portugal, Juankar colgó la elástica blanquiazul y el ‘7’ quedó huérfano hasta diciembre de 2017. Manuel Iturra fue su nuevo propietario. El chileno, actual entrenador del juvenil del San Pedro, volvió a Málaga.
Mario Husillos gestó su retorno y su refuerzo no gustó a buena parte de la afición que acabó de uñas por la denuncia que puso el ‘Colocho’ a la AFE por impago.
El propio Iturra reconoció en su presentación que quería limpiar su imagen y reconciliarse con la afición. Su rendimiento fue más que discreto, 20 partidos y un Málaga a la deriva que acabó perdiendo la categoría.
Llegamos a las 2018-2019. El ‘7’ lo recupera un antiguo propietario del dorsal. Juankar. El madrileño vino en un trueque con el Sporting de Braga por Ricardo Horta. Un cambio a pelo. Jugador por jugador. El Málaga firmó al madrileño cuatro temporadas y de nuevo las lesiones hicieron estragos en el futbolista. Tres partidos en esa primera temporada de Muñiz-Víctor Sánchez del Amo a los mandos y en la última, ya con Víctor y Pellicer en la 2019-2020, sí mejoró sus prestaciones. Más regularidad en las alineaciones y mejor rendimiento, con luces y sombras, con un total de 36 partidos disputados. La mala situación económica hace que el club no pueda sostener su salario y su etapa acaba con la rescisión de contrato y su salida hacia Grecia.
El curso pasado lo tuvo Cristian Rodríguez. El particular CR7 del Málaga. El gaditano fue de más a menos. Tuvo buen arranque de temporada participando activamente en el inicio positivo de los de Pellicer. Para el recuerdo de la afición malaguista, sus dos golazos en los 35 partidos que disputó como blanquiazul.
Y para esta campaña el número 7 ya tiene nuevo propietario: Paulino. Su suerte, será la del Málaga. De Baha a Paulino de la Fuente, más de una década del dorsal ‘7’ en clave malaguista.
