Pocas notas aprobadas se pueden sacar cuando pierdes por cuatro goles a cero. Un equipo que en los tramos finales pareció despertar, pero ya era tarde. Perdidos y sin dirección. La escuadra de Andoni Iraola subió marchas y dio un recital en la segunda mitad. Fueron cuatro, aunque pudieron ser dos más si no interviene el fuera de juego y otros dos fastidiados por el ángel de la guarda boquerón. Dani Barrio, el pararrayos malaguista.
Isi le engañó en el penalti que transformó el primero y la sorpresa del gol en propia le pilló por completo. Pozo lo fusiló a bocajarro en el tercero y el cuarto casi lo saca. El ’13’ vestido de naranja no puede ser uno de los señalados de la derrota malaguista en Vallecas. Todo lo contrario. El gran fleco positivo a pesar del resultado final. Su mejor actuación. Desde el suelo sacó una mano milagrosa a la salida de un córner y tiró de pies para amargarle la diana cantada a Joni Montiel.
La llegada de Juan Soriano a los tres palos de Martiricos da el pistoletazo de salida a la competencia. ¿Quién acabará siendo el guardián de confianza de Sergio Pellicer? Puede ser que Dani Barrio, el pararrayos malaguista, parta con ventaja por estar más tiempo en el equipo, pero eso no quiere decir nada. La temporada es una carrera de fondo en el que vencerá el que más aguante. O en este caso, el que más salve a sus compañeros.
