El Málaga paga su autocomplacencia (1-1)

El Málaga ha dejado escapar una oportunidad de oro en Can Misses, un triunfo que hubiese supuesto el casi salir de la zona de descenso. Pero no. Otra vez un hecho puntual le cuestan los tres puntos a los boquerones (1-1) después de haber hecho muchas cosas bien en Ibiza. Tremendo varapalo porque se hizo lo más difícil en el feudo balear: el ponerse por delante, dominar, y dejar encarrilado el trabajo. Un punto que sirve de poco o nada porque se tuvo la victoria en la mano, y dejas con vida a un rival directo que fue inferior a ti. Malaguismo otra vez. A esperar los resultados de la jornada.

Fue conformista el cuadro visitante, normal, porque era muy jugoso el resultado, y las consecuencias de haber regresado a la Costa del Sol con un botín. Una autocomplacencia que se pagó en la segunda mitad cuando el Ibiza apenas inquietaba, algún centro al área, intimidaciones por pérdidas en la medular, pero poco más. De hecho no se recuerda una acción brillante de Rubén Yáñez, más allá de gol.

Los blanquiazules se iba a soltar ante esa tensión y necesidad por sumar los tres puntos en Can Misses. Una primera mitad sin errores, llevando la iniciativa de un partido nada fácil de disputar por todos los alicientes que rodeaban a la cita. Con un susto en el cuerpo nada más arrancar: un Javi Jiménez que salvaba el primer bofetón, corte providencial del lateral cuando Cristian Herrera lo tenía todo de cara para marcar el 1-0. Tembleque que vino bien a los blanquiazules para jugar mucha claridad e inteligencia, sobre todo esto segundo. A partir de ese primer minuto, los de Pepe Mel llevaron el control del juego hasta el paso por los vestuarios.

Esteban Burgos probaba a Fuzato después de un córner botado por Villalba, el mejor de los blanquiazules durante gran parte del choque. El valenciano iba a tener un mano a mano, algo defectuosa su definición, cuando la pedía Chavarría totalmente liberado; quizás su único lunar. Pero como los buenos delanteros, tenía que llegar su oportunidad, apareció el cordóbes para marca un buen gol de rematador nato. Centro firme de Javi Jiménez por el costado izquierdo, y Chavarría pese a coger la pelota contrapié, pone la cabeza en el sitio perfecto para poner el 0-1. Llamativa la piña en la celebración, con todos los integrantes del banquillo en pie. Obligado porque podía suponer el tanto que acercase al Málaga a las posiciones de permanencia.

Respondía Cristian Herrera en la jugada siguiente con un zurdazo, obstaculizado por un Rubén Yáñez de nuevo solvente en la portería blanquiazul. Esa fue la producción del Ibiza en la primera mitad, muchos méritos hicieron los visitantes para que así fuese. El reto era mantener este control de la situación, difícil por la necesidad también del Ibiza, irreconocible por cómo suelen ser los equipos de Lucas Alcaraz.

Pero el Málaga aguantaba ese primer chaparrón de los ibicencos, tampoco sin renunciar a poder hacer daño en la meta de Lozato. Genaro, con amarilla, daba entrada a un N’Diaye de nuevo suplente. Algo más de media hora para el senegalés, un jugador que debe coger el tono. También ingresaba en el césped Luis Muñoz; dos recursos valiosísimos los que se guardó Pepe Mel en el banquillo. Momento quizás algo extraño porque no estaba pasando nada hasta el minuto 70.

Cristian Herrera, en una jugada algo extraña, iba a poner el empate. Un centro al área aparentemente sin peligro, que le cayó al ariete en boca de gol, solo para definir. Mientras la zaga reclamaba fuera de juego. Muy cruel otra vez el fútbol con el Málaga porque apenas se había sufrido… lo de casi siempre. Penalizados y un conjunto blanquiazul que tenía que buscar el 1-2 porque el punto no sirve. Entrarían Loren y Fomba para tratar de salvar los muebles.

Se echaba el Málaga arriba en Can Misses, casi a la heroica, pero con el sentido de la lógica, porque una derrota podía ser la catástrofe. Chavarría estuvo cerca de marcar, un derechazo que se marchó demasiado cruzado. Algún que otro fogonazo, sin generar peligro real en la portería del Ibiza. Un empate insuficiente, doloroso porque el Málaga tuvo en la mano noquear a un rival directo por la permanencia.