El regreso al fútbol cada vez está más cerca. Con las medidas protocolarias necesarias y después de que todos los jugadores pasen los test del Coronavirus que los autorizará a comenzar los entrenamientos, existe un alto porcentaje para que LaLiga se reanude con beneficios y perjuicios. Obviamente no será como antes, ni mucho menos. El balón rodará sin los pitidos y cánticos en las gradas, a pesar de que se esté trabajando en hacer una ‘animación virtual’.
El Málaga, precisamente, será en este aspecto de los equipos más perjudicados de la Segunda División. El calor y aliento de la afición, vital para levantar a los blanquiazules en los momentos más crudos, se convertirá en frío y silencio. Sin duda, uno de los mayores puntos negativos para los boquerones. Pero no es el único.
En el supuesto regreso, los de Pellicer tienen una papeleta cuanto menos complicada desde el minuto uno. El descenso está a solo tres puntos, por lo que perder no cabría entre las posibilidades del Málaga. Con la situación actual del club, bajar a Segunda División ‘B’ podría suponer la desaparición de la entidad.
Una desaparición que se fue salvando a modo de ‘match ball’. Las artimañas de José María Muñoz y la venta de Antoñín sirvieron para que el club terminase la temporada sin caer en impagos. Pero el problema real reside en el desfase salarial que maneja el administrador judicial. Y aquí sí que convendría que LaLiga recobrase vida.
Con el nuevo panorama, debido a la crisis del Coronavirus, que se abre entre los equipos en las próximas ventanas de traspaso, las cantidades económicas en los fichajes se reducirán drásticamente. Por ello, y ante la imperiosa necesidad por desprenderse de los salarios más elevados, que ruede la pelota es una oportunidad para que determinados futbolistas recobren ‘caché’ y aumente su valor de mercado.
Además, ventajoso sería también para el Málaga el regreso a la competición para seguir maniobrando con aquellas renovaciones pendientes que aún no se cerraron, como el caso de Luis Muñoz, sin duda el que más urge. Y, por supuesto, cobrar el porcentaje pendiente por derechos televisivos que vendrían de fábula en las arcas malacitanas.
Como en la vida, todo tiene sus pros y sus contras. En lo deportivo, volver a competir podría ser incluso perjudicial, aunque en lo que a extradeportivo se refiere, sería una excelente noticia para el Málaga que LaLiga, con sus beneficios y perjuicios, pusiese de nuevo el cronómetro en marcha.
