El Málaga no estuvo ni mucho menos solo contra el Mirandés. A pesar de la polémica en la premia del partido con el precio de las entradas, la afición respondió con creces. 6.519 aficionados blanquiazules casi completan el aforo de 7.500 espectadores que permitía la primera jornada de LaLiga SmartBank en La Rosaleda. El público vibró con la primera mitad y sufrió mucho con los minutos finales. Aplausos, cántico… por un momento fue de nuevo marzo de 2020 como si la pandemia del coronavirus no hubiese tenido lugar. Una sensación reconfortante que seguro que trajo muy buenos recuerdos a la hinchada.
El choque comenzó con un emotivo minuto de silencio en memoria de los socios fallecidos y de Francesc Arnau. Con ellos en la memoria, la grada llevó en volandas a un Málaga que no se guardó ni una sola gota de sudor para los suyos. Kevin y Roberto fueron los más ovacionados del primer tiempo. El seguidor boquerón lo aplaudía todo. A pesar de que solo había 6.519 aficionados blanquiazules, La Rosaleda retumbaba como si hubiese 30.000 gargantas apoyando al equipo. El Málaga lo agradeció y bien pudo irse 2-0 ó 3-0 al descanso si hubiese tenido puntería.
En la segunda parte, el público también supo sufrir con los suyos. El Málaga lo pasó mal, pero la afición supo agradecer el esfuerzo de sus jugadores. Con los goles anulados al Mirandés, se pudo cortar el ambiente por culpa de la tensión. Al final, los jugadores blanquiazules se despidieron de la afición desde el centro del campo. Reparto de puntos pero sensaciones muy positivas para los aficionados y para los jugadores. Muchos de ellos, no solo los nuevos, descubrieron lo que es jugar con La Rosaleda animada. Un campo que seguro que dará que hablar y mucho en esta temporada dela categoría de plata.
Se notó y bien. Ya era hora. Pero hace falta más gente animando y no sólo contemplando.
Vamos Málaga!?
Pues si no se completa un aforo tan limitado con las ganas que hay de fútbol, será por algo.
Que tomen nota.