El Málaga se llevó los tres puntos de Santo Domingo en un partido que no será recordado por el juego de ninguno de los dos equipos. El Málaga fue un equipo 100% revolucionario en tierras madrileñas. Empezando por el once que sacó Pellicer al maltrecho césped de los alfareros y terminando por el porcentaje de efectividad que desarrolló el cuadro de Martiricos. Los tres puntos sirven para aplazar la crisis que se le venía encima a la plantilla malaguista y que ahora quedará aplazada al menos una semana. A Pellicer la jugada le salió redonda pero no siempre suele pasar.
Pellicer sacó un once con muchas sorpresas. Las frases en sala de prensa tras la derrota contra la Ponferradina reaparecieron cuando a una hora del encuentro se hizo oficial la alineación de los blanquiazules. Sin Rahmani, sin Joaquín Muñoz y con una defensa de cinco que hacía ya muchas jornadas que no se veía. Lo del francoargelino, su suplencia, no ocurría en Liga desde el mes de octubre frente al Sabadell. Desde entonces, siempre que estuvo disponible salió de inicio. Algo parecido ocurrió con el atacante Miraflores. Joaquín Muñoz también fue suplente, algo que no pasaba desde noviembre. Dos rotaciones con un mensaje correctivo de fondo.
Los dos acabaron el partido. Es cierto que no fueron decisivos pero nadie podrá reprochar nada de la actitud de los cambios malaguistas. ¿Mensaje captado? Los cambios también pillaron por sorpresa a un Anquela que no fue capaz de hacer que su equipo disparase a puerta. Es cierto que el Málaga no hizo méritos para ganar, pero esto suele pasar muchas veces con varios equipos en la categoría de plata. El de Nules dio una colleja a los suyos y se llevó los tres puntos. Un partido 100% revolucionario para los intereses de la escuadra de la Costa del Sol.
