A estas horas, el Málaga CF debería tener dos puntos más en su casillero y poder cerrar la permanencia frente al Deportivo de La Coruña en La Rosaleda el próximo miércoles. No será posible porque, pese a mantener la portería blindada una semana más, la falta de acierto de cara al gol y la incapacidad manifiesta para terminar con once futbolistas sobre el terreno de juego es desesperante.
Tampoco ayudó el planteamiento defensivo en casa de Sergio Pellicer. Se le acepta ‘pulpo como animal de compañía’ cuando el conjunto malaguista juega con un equipo teóricamente superior por presupuesto y plantilla. Incluso cuando jugando ante un rival menor o al mismo nivel, los blanquiazules juegan lejos de Martiricos. Ahora bien el 5-4-1 en casa y jugando frente a un rival con tus mismas urgencias resulta cuando menos chocante y desilusionante al mismo tiempo.
Lucas Alcaraz, técnico del cuadro manchego, leyó mucho mejor el partido y cerca estuvo de lograr los tres puntos para su equipo, además del empate y el gol average obtenido. Pero lo peor de todo ayer vino dado de la sensación que tengo desde el regreso del confinamiento de que hay futbolistas pensando ya en su nuevo club para la próxima temporada. Falta de compromiso, concentración o con la cabeza ya lejos de la capital de a Costa del Sol.
En el capítulo de falta de concentración, al capitán Adrián, se le está viendo poco y muy desacertado. Nulo fondo físico y juego al trote que ralentiza la salida de balón y las contras del cuadro malacitano.
En el de “me importa un rábano lo que le pase al equipo y a mis compañeros”, Keidi Bare se lleva la palma, aunque no es el único. Ya ha dejado dos veces al equipo en inferioridad numérica, mientras Pellicer no lo sustituye en cuanto ve la primera tarjeta amarilla, a sabiendas de que será expulsado más pronto que tarde porque los árbitros le tienen cogida la matrícula.
Se acabaron las tonterías. En las próximas cuatro jornadas, el Málaga CF SAD se juega su futuro deportivo y económico, así que quien no quiera estar, que al menos no reste.
Por cierto, #yoconvicentevallés. En un país democrático no se pueden tolerar las descalificaciones e insultos de un partido en el gobierno contra un periodista o un medio de comunicación.
¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.
