El PAOK demostró ser superior en el Toumba Stadium. Andrija Zivkovic y Stefan Schwab firmaron el 2-0 definitivo con el que el conjunto entrenado por Michael McElwee puso punto y final a su primera aventura en la UEFA Europa Conference League. Finalmente se fueron con las manos vacías. Ningún punto, tan solo dos goles a favor -uno en Gibraltar al Slovan eslovaco, otro en el Parken Stadion al Copenhague– y diecisiete encajados. Sin embargo, lo que realmente importa es el otro fútbol del Lincoln Red Imps.
El de historias como la de Kevin ‘Salsa’ Parody o la de cuatro malagueños que compaginan horarios sin cesar para desconectar con el chándal y las botas. La del equipo con menor presupuesto de toda la competición -hasta siete bajas contaban esta semana entre problemas físicos y entrevistas de trabajo- o incluso la del afortunado miembro del cuerpo técnico que se llevó el último cartel del escudo en el vestuario a su casa, un recuerdo inolvidable.
A pesar del varapalo, la vida seguirá en Gibraltar con un objetivo evidente: ganar la Liga, esa competición que les permitirá volver a ilusionarse con recorrer el viejo continente. Actualmente están invictos y a cinco puntos del segundo, por lo que las señales indican el camino del trono, ese que conquistaron hasta catorce temporadas consecutivas. El paraíso cerró telón, pero el otro fútbol del Lincoln Red Imps tiene mucho que contar todavía.
