Toni Rodríguez lidera desde hace muchos años el proyecto CD UnBrooklyn 3×3. Más que un movimiento deportivo, que también lo es, es un proceso de intercambio de lazos humanos. Unión de personas bajo el motor del balón naranja. Sin fronteras, sin idiomas y que trata de democratizar y acercar los valores entre culturas. «Creo que, para que el oyente vea que no soy el único, todo el mundo tiene una aventura en su vida, un safari. Yo he encontrado en el baloncesto 3 vs 3 una. He pasado por 144 países, siendo jugador, entrenador, fotógrafo y profesor«
Un pasaporte al que ya no le quedan casi páginas. «El que tengo me quedan 4 páginas, y ahora que voy a Sudamérica tengo que renovarlo. Es mejor tenerlo previamente y renovarlo, porque puede ralentizar el proceso».
Un trotamundos, una mente inquieta y cuyo fin no es el dinero «He hecho casi 700 actividades desde que empecé con 14 años. En la escuela hacía ligas para los niños. Desarrollar esa creatividad y responsabilidad en otros me ha gustado siempre. Me dicen en cualquier sitio de desarrollar algo, y tengo que verle el propósito, si no no voy ni por medio millón de euros».
Así se presenta este proyecto que se consolida y que crece con el apoyo de mucha gente. «El baloncesto lo he ludificado. He escuchado esa entrevista en la que hay dolencias en las peñas en cuanto a financiación. En Sudamérica la religión y las catedrales son los estadios de fútbol y los pabellones. Salirse de ahí es como salirse de la Matrix. Hay que modificar esas cosas. Los entrenadores y los clubes te meten el querer ganar siempre. Hay que ser inteligentes y filtrarlo todo, y este baloncesto de la calle no siempre se hace ahí. Ahora es olímpico. He decidido ir al centro de ello. Me siento como un blanco falsificado. Tengo ahora más amigos y amigas negros que blancos. Es no olvidar las raíces. Los negros no jugaban en los 50 por falta de humanidad. Si ahora hay recursos e instalaciones no hacen falta ni árbitros. Todos enseñamos.
