Este domingo llegaron dos platas más de la mano de Álvaro Folgueiras y Mario Saint-Supéry. Málaga y su baloncesto están protagonizando un 2023 que recordarán toda la vida. A los innumerables éxitos cosechados por los clubes locales, entre los que destaca por encima de todos la Copa del Rey del Unicaja, se está viviendo un verano de ensueño en cuanto a medallas internacionales se refiere. Abrió la veda la sampedreña Carla Viegas con el bronce del Europeo sub-18 y Daniela Abies y Elena Moreno con las dos platas del Mundial sub-19.
Lo cierto es que la selección no gozó de grandes oportunidades de ganar. Lideró Serbia la segunda mitad del encuentro sin freno alguno y España se quedó sin ideas, ni para atacar ni tampoco para defender. Ahora bien, buen reconocimiento merece la final de Saint-Supéry porque fue el máximo anotador nacional con 17 puntos.
A su llegada, ambos jugadores se mostraban felices de volver a casa con una medalla de plata en su posesión. Mario Saint-Supéry, el base de Unicaja, aseguró a los medios que estaban allí que estaba «contento y con ganas de empezar la pretemporada».
Por otro lado, probablemente, el que más ha destacado a nivel global ha sido Álvaro Folgueiras. Su nombre, y solo su nombre, se diluye entre tanto talento. No anota 15 puntos por partido, pero sí que le pone el punto de cordura y el carácter necesario a cada momento del partido. Ha cerrado el torneo con 5.86 puntos y 6 rebotes de media. Uno de los grandes proyectos del baloncesto malagueño que se adentrará la próxima temporada en el mundo de la NCAA.