El equilibrio, en la vida y en el baloncesto, es básico. No basta con tener un gran juego exterior. Necesitas también dominar la zona. Es indispensable. Sobre todo, cuando tus tiradores no tienen el día. Y esto ya es temporada oficial, liga ACB, donde los equipos te aprietan de verdad. El Unicaja lo sufrió en Badalona, donde el Joventut lo apalizó. No en el marcador, 81-73, sino en los rebotes, 47-24. Primera jornada y primera derrota de los de Luis Casimiro. Y ojo porque esto ya se vio en los encuentros de preparación.
Le costó al Unicaja entrar en el partido dos minutos y verse 5-0 por detrás para reaccionar con un 0-7 y el primer triple como cajista de Francis Alonso. No sólo mejoró el ataque, con Mekel y sus tres ojos para ver compañeros libres, sino también la defensa, que dejó a 0 el porcentaje exterior rival. El único recurso del Joventut era Tomic, que sumó 6 puntos de los 15 anotados por los suyos en el primer cuarto. 22 sumaron los de Casimiro, 7 de Thompson, gracias a sus 3/5 en triples. Esa amenaza exterior les permitió disfrutar de un +11 en el electrónico (11-22) a dos minutos del final. Diferencia que se quedó en 7 (15-22) tras dos buenos ataques locales.
Lo curioso es que, con Tomic en el banquillo, la Penya se encontró más cómoda, con un Joel Parra que dio muestras de su calidad en ambas zonas durante esos instantes. El abuso en el rebote (26 a 12 al descanso) y, por fin, un acierto en el tiro exterior tras nueve intentos, colocó la igualada a 25 poco antes del ecuador del segundo cuarto. El viento soplaba a favor de los verdinegros, pero Bouteille, con 7 puntos, iba a comandar la nave boquerona para mantener una pequeña ventaja antes del paso por vestuarios (37-39).
Con baterías cargadas, Tomic estrenó la reanudación con un mate marca de la casa y un nuevo 5-0 a favor de los de Badalona. Lo pasó mal Unicaja hasta que por fin anotó Brizuela. Pero, por entonces, ya Alonso había cometido su tercera personal. Y lo mismo le ocurrió poco después a Deon Thompson, incapaz de frenar al gigante croata. Algo que se presume habitual por su falta de centímetros al enfrentarse a pivots similares. Aun así, no aprovecharon los catalanes para abrir brecha. Incluso se dejaron empatar a 45 tras varios ataques fallidos. Pero fue aparecer Birgander y apretar las tuercas a los suyos para gozar de la máxima renta (58-51) al final del tercer acto.
La suerte ya estaba echada. Las grandes carencias en la zona de los cajistas se incrementaron aún más en el inicio del último cuarto. Birgander y Brodziansky campaban a sus anchas para firmar un sonrojante 15-0. El small ball de Casimiro no funciona sin acierto en el perímetro. Y en defensa es un coladero para los hombres altos. Sin confianza en Guerrero, con las limitaciones de Thompson y la endeblez de Gerun, los pivots locales destrozaron el aro y rompieron el choque (66-51). Parecía todo perdido, pero Brizuela sacó magia -con túnel incluído a Tomic- para recuperar cierto optimismo (71-67) a dos minutos y medio del final. Ahí se apagó la luz y sumó el Unicaja su primera derrota en el debut liguero. Mala pinta como no se mejore el nivel interior.